Entre tanto desorden jamás imagine que encontraría ese papel que creía perdido. Con esto de la mudanza, con esto de estar en una ciudad nueva sin siquiera saber dónde está el correo, era casi imposible encontrar algún indicio del pasado que había dejado atrás, no olvidado, pero si a un lado para poder seguir avanzando.
Después de organizar un poco las cajas que me tapan la puerta principal de la pequeña sala de mi nuevo hogar, de botar la mayoría de lo que me traje, ordene las fotos en la repisa principal, para que así de alguna u otra manera me reciban y me despidan quienes me han acompañado toda la vida, en el centro una de mis fotos más queridas, esa que en aquel jardín pasaron las cosas más bellas de todas. Mi infancia y junto a ella dio pie a lo que soy y a lo que me ido convirtiendo. La observo y puedo apostar que huelo el aroma de las flores, siento el aire en mi cabello. Una vez también instalada la televisión y las películas para la entretención que tendré que buscar durante un tiempo, me dispongo a conocer la ciudad que me cobijara por quizás cuanto tiempo.
Dando vueltas por la pequeña plaza que tiene descubro que todo queda como bien cerca, después del supermercado hay un colegio. Detrás del colegio un pequeño hospital y a unas cuadras de la casa, por fin encontré el correo. Será mi única fuente de comunicación con quienes deje por un tiempo. De pronto se me ocurre iniciar un proyecto en donde fotografiare a los pequeños del pueblo. La primera parte será el colegio, luego la iglesia y para el final los chicos de la guardería que posee el hospital, algo así como una sala cuna. Mañana lunes arreglare una entrevista con los directores de las diferentes instituciones y comenzare a trabajar…
Ya han pasado dos semanas desde que inicie el proyecto y cada vez más me gusta esta nueva etapa, esta ciudad y su gente. De vez en cuando el frio y las lluvias son poco tolerables, pero nada que un buen abrigo no solucione. Cada pequeño es un mundo aparte y así también lo son sus familias, pero hay un pequeño en particular quien me ha robado el corazón, su nombre: Efraín. Un poco retraído, pero siento que mi cámara adora su imagen tan expresiva, tan llamativa y natural.
La exposición tiene que ser montada en tres semanas mas y para eso viajo al centro de la ciudad a reunirme con el encargado cultural, quien dice tener varias propuesta , para unir más de una actividad, con motivo del montaje.
Un día sábado si mal no recuerdo, llego a mi puerta una caja que iba dirigida a mí, pero que en su interior nada me pertenecía, o más bien creía haber dejado atrás… Entonces de forma sorprendente el papel que encontré cuando me mude aquí, tomaba sentido. Marque los números… me trasfirieron a otra sala me imagino y espere en línea por lo menos cinco minutos. Llego un momento en mi espera en el cual pasaron por mi cientos de imágenes con tanto tiempo de haberlas vivido que me sorprendí el que todavía las llevara conmigo. Estuve a punto de cortar, pero de pronto del otro lado me contestó…
-Si? Diga…
Tome aire y trate de que mi voz saliera… de la forma que fuera.
- -Hola… recibí tu caja.
- -Em., pensé que no llamarías… pensé que no tenias el numero… por lo mismo lo adherí a la caja, no sé si te diste cuenta.
- -No! El numero no encontré en otra parte …
Entonces el silencio, como en aquellos tiempos se apodero nuevamente del momento.Sentí como del otro lado tomaron aire, de la misma forma que yo lo hice antes de preguntar y trato de seguir en la conversación….
- -Sigues allí?
- -Si… estoy esperando que me digas cual es el motivo de la caja que hiciste llegar a mí y como te conseguiste mi dirección, como sabias donde me encontraría…
- -Ah! Me costo, pero me gustaría contarte todo personalmente, crees que se pueda?
- -No lo creo…
- -Está bien, entiendo…
Si confieso que lo pensé solo un momento, pero tal vez algo significaba, el solo hecho de haber encontrado el papel al principio de la mudanza, luego lo de la caja. De algo tenía que servir esta llamada…
- -Comprendo… y sería posible que después de la exposición me contaras como te fue y así tal vez…
- -Puede ser,tome el valor y continué...ahora tengo que colgar porque me esperan los organizadores, me dio gusto escucharte. Como siempre cuídate.
Y colgué. Si colgué porque una vez mas no estaba dispuesta a escuchar el adiós, ciento de veces había estado viviendo la despedida una vez más me haría retroceder y no podía darme el lujo, no esta vez, no ahora que estaba por fin viviendo lo que siempre había soñado.Obviamente la llamada no volvió a ocurrir.
Mucha gente apareció en la exposición, muchas felicitaciones pero por sobretodo una realización personal inmensa me invadía. Llegando a casa y estando lista y preparada para dormir una noche del 29 de agosto de aquel año en el que el cambio era todo lo que me rondaba, sonó el timbre que puse por pura monería. Ya no era tanto el frio que había afuera, pero el viento era imparable. Me asome y la sorpresa fue mayúscula al verte allí, en la puerta de mi jardín del que aun no crecen muchas flores, pero que esta fértil. Esperando. Con extrañeza Salí y sin decir nada comenzaste a hablar. Grande fue el asombro que después de tantas hojas caídas, esa noche fría te haya dado por saber qué es lo que significa vivir... que es lo que significa arriesgarse sin saber cómo te ira.
- Hace frió aquí… y a ti que no te gusta ..
- Mmm con el tiempo uno se acostumbra, después de todo no es tan malo. Que haces aquí?
- Vengo a brindar por el éxito de la exposición y a explicarte el motivo de la caja. Puedo pasar?
Después de un momento caminamos por la sala principal.
Y así como esa noche caminamos por la sala principal, hoy caminamos por la calle principal, viendo como la
vida nos dio más de una oportunidad, pero por sobretodo como supimos leer las señales. Esta pronto a salir
un libro que se titulara “Esencia en el fin del mundo” allí se encuentran las fotos de mi primera exposición la
que sin pensar me llevo una vez más a ti mi querido Pedro. Efraín será el principal en aquel libro, quién hoy
está en la universidad, de vez en cuando me visita y comparte intereses con Analia, mi pequeña que ya está
bien grande, ella sin yo saberlo se proyecto en esa noche es como si la caja y su magia nos dieron paso a
otro intento, pero esta vez, en el nuevo comienzo en el que yo ya no sienta más frio aunque este todo blanco
por la nieve, en pleno invierno.Y bueno yo soy Sofía y hoy a mis 70 años solo sé que si lo has intentado cien
veces , tal vez la ciento una valga mucho mas la pena que las cien anteriores y bueno esa caja contenía un
montón de recuerdos, que según yo , solo yo guardaba, pero mi sorpresa fue grande y el desenlace aún
mejor.
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ResponderEliminarhola, de verdad muchas gracias por tus lindas palabras, esos comentarios me provocan seguir escribiendo siempre y nunca detenerme. Me encanto tu relato. Adaptarse a lugares nuevos son desafíos fuertespero que a larga son duraderos. Quería comentar en tu otro blog pero me fue imposible encontrar la pestaña de comentar xD En qué parte de Santiago vives? apesar de que todos critiquen esa ciudad, a mi siempre me encantará xD nos leemos
ResponderEliminarBeautiful picture!
ResponderEliminarx, Jesa